lunes, 30 de septiembre de 2013

"Ser Valiente"

Querido Hijo...

A través de tu vida vas a enfrentarte a momentos cuando vas a tener miedo. Pero vas a estar lejos de estar solo. Nadie es inmune a esta experiencia. Tanto los cobardes como los héroes se enfrentan al miedo. Su respuesta al frío y a la incertidumbre, sin embargo, es lo que los define. Y esto también será verdad para ti. Esto en realidad es una buena noticia, aunque no me lo creas, es que no nacemos siendo valientes. ¿Por qué es esto una buena noticia? Porque significa que el valor entendido de una forma correcta se puede aprender.

Como hombres, el miedo puede surgir de una amenaza física, una relación tensa, un problema financiero, pero le sucede a todos. Cómo decides enfrentar ese miedo te ayudará a definir en quién te vas a convertir.

Entre más practiques ser valiente, más valiente te convertirás.

Mientras desarrollas más valor, más oportunidades vendrán a tu camino. Mientras tu valor se expande, así también la profundidad de tu carácter. Y esto será aparente para todos aquellos a tu alrededor.

Con valor vas a hacer aquello que es correcto sin importar lo que es popular. A veces esto significa que en algunas ocasiones vas a tomar una postura abiertamente, y en otras simplemente significa que no vas a recorrer el camino por el que todos los demás están siguiendo. Tú muestras tu valentía al permanecer  con un amigo cuando todos los demás lo han abandonado. También se necesita valor para defender tus convicciones cuando todos los demás permanecen sentados [inmóviles].

Hijo, debes actuar con valor aun cuando no te sientas valiente. Este es un punto crítico, especialmente si aspiras a ser un líder algún día. Aquellos momentos en que te enfrentas con la opción, ya sea de hacer lo que es correcto pero difícil o lo que es equivocado pero conveniente se volverán los momentos definitorios de tu carácter. Te puedo asegurar que yo lamento los momentos en que débilmente me dejé llevar por la corriente.

El valor es lo opuesto a la inmovilidad. Son las agallas y la determinación de hacer lo que es correcto porque es correcto. El valor es la voluntad de lanzarse a una aventura sin una garantía, arriesgarse a fracasar y seguir tu sueño.

Ya sea que seas un estudiante, un atleta, un artista, o un emprendedor, el éxito requiere de valor. Se requiere de valor para pensar independientemente y destacar de entre la multitud. Los actos de valor revelan de lo  que realmente estás hecho y colocan el escenario para tu continuo crecimiento y que seas dueño de tu vida. Vivir con valor aviva la tendencia a salir de tu zona de confort y operar en “la zona del carácter”.

El valor es inspirador y contagioso. Inféctate con esta cualidad poco común, hijo, y como líder, empezarás una epidemia que rápidamente se propagará y te llevará a lugares que nunca te habías soñado que fueran posibles.

Cuando otros presencien tus actos de valor, se inspiran a hacer lo mismo. El valor, como el legendario Primer Ministro británico, Winston Churchill observó, “es justamente considerada la mayor de las virtudes, ya que en base a ella, todas las demás dependen”.

Construye tu vida sobre los cimientos del valor, hijo, y serás bendecido con fortaleza, carácter, sabiduría e integridad, es lo que traerán tus decisiones valientes.

Con amor, Papá.

Tomado del libro I Call Shotgun: Lessons from Dad to Navigating the Roads of Life de Tom Newberry y Curt Beavers. Escrito en forma de  cartas de los autores a sus hijos para transmitirles valores e ideales que los ayuden a madurar en hombres – hombres de verdad, líderes, voces con fuerza y sabiduría.

¿Porqué hice este espacio?

Hijos, el día de hoy decidí aprovechar el tiempo para dejarles unas necias palabras que espero sepan valorar.

En estos momentos tengo 32 años - 1 día, es decir; escribo el 30 de Septiembre de 2013 para ustedes mis 3 hijos, Gymaraho, Natalia Adonai y para el pequeño microbito que debe tener no más de 7 semanas en la panza de mi hermosa esposa Marisol.

La idea de este espacio es ayudarles a aprender a volar con sus propias alas... como hombre, como padre y como ser humano, soy una persona bastante imperfecta, pero hay algo de lo que jamás deben dudar hijitos... y es el gran amor que les tengo. Por esta razón, decidí el día de hoy comenzar a escribirles de vez en cuando para que cuando crezcan puedan conocer un poquito de lo que es (o era) su papá... y cómo es que quiero ayudarles a crecer en sus vidas.

Decidí nombrar este espacio como "aprender a volar", porque quiero compartirles algunas lecciones que he aprendido para ser feliz en la vida... y es que quiero que sepan, que estoy seguro que soy uno de los hombres más felices que alguna vez pisó el planeta tierra...

Por esto, decidí escribir esta primer entrega haciéndoles saber que volar es posible, que ser feliz es posible, solo basta con decidirlo... no pierdan el tiempo haciendo muchos planes, estoy seguro que Dios debe reirse mucho cuando nos ve planeando nuestras vidas demasiado y con tanta seriedad.

En realidad les aconsejo solo una cosa: aprovechen el momento para ser felices, la felicidad no es un lugar a donde llegamos, la felicidad no llega cuando conseguimos tener el trabajo que queremos, la pareja que queremos, el dinero que queremos, ni el status que deseamos... la felicidad no está en el tener... la felicidad está en el ser... y el SER tiene que ver con las cosas que ustedes (y todos los seres humanos) ponemos en nuestras mentes y en nuestros corazones.

Piensen siempre positivo, esperen lo mejor de las personas (aunque a veces estas se equivoquen), avancen y aún cuando caigan entiendan que en la derrota también se puede ser feliz... creo que está ha sido una de las claves más importantes para conseguir mi felicidad.

Busquen siempre un momento para agradecerle a Dios, al universo, o a aquello en lo que ustedes decidan creer por las cosas que "SÍ TIENEN", en lugar de centrarse en aquellas cosas que no están por el momento a su alcance.

No digan nunca la frase "no puedo", porque las palabras son tan poderosas que terminarán por convencerse que no puden y se rendirán antes de alcanzar sus sueños.

Sueñen todos los días, piensen a futuro, pero nunca dejen de disfrutar el presente, el presente que es el camino por el cual transitarán todos los días.

Nunca se rindan, nunca se rindan, nunca te rindas...

Los amo...

ATTE

Tú papá ! (Papato)

CUANDO TE ROMPAN EL CORAZÓN...

“Es difícil pensar en esto cuando veo tus fotos, difícil pensar en esto cuando te veo sonreír. Pero pasará. Te romperán el corazón. Cuando pase, lee esto.”

“Cuando te rompan el corazón, sentirás que el mundo no es redondo. Sentirás que la Tierra es plana, que el mundo no gira y el tiempo no pasa. Que por alguna razón, un gran agujero se abrió ante ti en cuyo borde resbalarás y caerás, y donde quizás sólo llegar al fondo haga que el dolor termine. 

Sentirás que no puedes más. Sentirás, quizás, que todo el oxígeno que te rodea no es suficiente para tus pulmones. Que no puedes respirar, que las paredes se cierran alrededor tuyo.”

“Es probable que no entiendas cómo es posible que sigas llorando. ¿De dónde pueden salir tantas lágrimas? Que tu voz se corte por el llanto. Que la compañía no sea suficiente, o que no la necesitas.  

Sentirás un hueco hondo en el pecho, donde antes latía tu corazón. Sentirás una piedra en el 
estómago y un nudo en la garganta.”

“Te preguntarás, “¿qué hice mal?” y tendrás tantas respuestas, quizás sin la certeza de que alguna sea correcta. La duda te visitará constantemente. Los consejos para seguir adelante de tus amigos y amigas lloverán, pero por alguna razón no te harán sentir mejor. Querrás sentirte dura, para derrumbarte nuevamente. Y te sentirás culpable por eso. Querrás que todo pase, y que pase ya. Porque nadie quiere sentirse mal, nunca tan mal.”

“Querrás odiar a la persona que te hizo sentir así. Y te sentirás mal por odiarlo, porque en el fondo quizás quieras perdonarlo, y volver al pasado. Estarás tentada de olvidar lo que pasó, y empezar todo de nuevo. Pero sabes que sí pasó. Sabes que dolió. Y sabes que lo único que quieres es no sentirte así.”

“Mi pequeña hija. Quiero decirte que no estás sola. Que como tú, miles de personas en el mundo han sufrido de ruptura de corazón. Y que la mayoría de ellas han sobrevivido exitosamente. Quiero decirte que se trata de un mal agudo, y no crónico. Es un mal que pasa. Un dolor profundo que te tumba hasta el piso, y te reta a ponerte de pie.”

“Quiero decirte que ese agujero en el pecho, luego se llena de calma. Se llena de ti. Que tu corazón se reconstruye. Que aprende. Tu alma renace, y la vida vuelve a sonreír. Quiero asegurarte que el tiempo, y sólo el tiempo, te dará la perspectiva necesaria para sanar tus heridas. Quiero que sepas que estarás bien.”

“Quiero decirte que cuando esto pase, respetaré tu espacio. Aunque mi corazón salte en llamas y mi alma quiera degollar a la persona que te hizo sentir así, guardaré la distancia que tú requieras. Que dejaré que te encierres dando un portazo. Pero que estaré del otro lado de esa puerta. Que estaré listo para pedirte, cuando tú estés lista, que me acompañes a comprar un helado, o a pasear – si es que no te molesta que te vean con tu viejo.”

“Quiero que sepas, mi amor, que esto puede pasar más de una vez. Y que pasa muchas veces, cuando uno menos lo espera. Que es muy difícil estar preparado para esto, y que el dolor duele más cuando sorprende.”

Pero quiero que sepas también, que puedes contar conmigo. Puedes contar con que te llevaré, sin juzgar ni hablar demasiado, quizás a algún lugar distinto, donde podamos ver las estrellas más de cerca. Donde el cielo tenga otro aire, y el horizonte del mundo se vea distinto. Que te sacaré de la rutina, y te ayudaré a tomar una pausa.”

“Que mamá y yo acompañaremos, en mutuo respeto, el luto que guardes en el alma.”
“Pero sobre todas las cosas, quiero que sepas que eres fuerte. Que lograrás pararte. Que tu corazón es más grande de lo que crees. Que para entonces habrás aprendido a perdonar, a aprender, a respetar, y a avanzar. Que Dios es una fuerza que nos ayuda mucho en estos casos, y que puedes contar con él. Que puedes contar conmigo.”

“Quiero prometerte, que luego, serás más fuerte, serás más tú, serás más humana, y más bella que nunca. Porque las flores que renacen de las cenizas son quizás las más hermosas.”

“Cuando te rompan el corazón, yo te ayudaré a recoger los pedazos, los pegaré, y los cuidaré. Y cuando estés lista, una mañana al despertar, lo encontrarás latiendo otra vez en tu pecho.”

“Ese día, te enseñaré a verte a través de mis ojos. 

Te amo, pequeña. Papá.”

PARA: Natalia Adonai Rodríguez Muñoz